Usualmente se me pregunta la razón
de utilizar fórmulas lógico - algebraicas para nombrar a
nuestros métodos de defensa personal: DPi y DPc3.
Probablemente sea el deseo de acercarnos a la ciencia,
y alejarnos de soluciones esotéricas o de fe, lo que nos lleva
a evitar utilizar nombres orientales (dado que no lo somos), o
elementos místicos - religiosos en nuestras formulaciones (dado
que no los necesitamos).
La defensa personal exige rigurosidad, claridad
conceptual y precisión.
A ello nos abocamos diariamente.
DPi prioriza el campo de estudios de recursos verbales y
gestuales en la autodefensa. La "i" latina simboliza
la aplicación prioritaria de la inteligencia sobre la
fuerza, y recuerda los números imaginarios de las matemáticas,
operaciones imposibles de resolver con los números reales (el
cuerpo), dado que aparece una operación sobre una cantidad
negativa, que sólo puede ser resuelta en el campo imaginario
(el de la imagen o el de la palabra), pero jamás en el campo
real. Aquí el psicoanálisis tendrá lo suyo para decir.
Pero hoy quiero referirme a nuestra variante física y técnica:
"DPc3", con una "C elevada a la 3".
Lejos de querer aportar a la confusión general. creando
"otro estilo mas" de defensa personal, aclaro
desde el principio que no hemos inventado nada nuevo.
Nuestras técnicas surgen principalmente del sistema SDS Wing
Chung, cruzadas con Boxeo, Muay Thai, Luta Livre, llaves
de grappling y submission, y ejercicios variados extraídos de
encuentros con karatecas, taekwondistas, sipalkistas, yudokas,
aikidokas, y expertos en defensa personal civil y militar (sobre
todo en el área de desarmes). Muchas veces son algunos de
nuestros alumnos, que vienen de una larga experiencia en otras
disciplinas o personas ocasionales que asisten a nuestros
seminarios y cursos, los que introducen dificultades u
objeciones que nos sirven para refinar, cambiar o reforzar
nuestras técnicas y métodos.
Si las técnicas no son nuevas ... ¿ cuál es entonces la
novedad ?
Tal vez sea el modo sistémico en que dichas técnicas se
conjugan y organizan, aplicando el concepto de Campo Central,
y enriquecidas con elementos de Psicología y Neurología
aplicadas a la Defensa Personal.
DPi y DPC3 son siglas que simplemente definen los ejes
conceptuales y los límites en nuestro campo de acción e
investigación en SDS.
Atravesados por la pasión de cruzar conocimientos y aprender,
en SDS estamos comprometidos en una búsqueda constante de
sistemas de entrenamiento, técnicas y tácticas, nuevas y
mejores, aportadas desde variadas fuentes, que cumplan con los
criterios definidos por nuestro afán inicial: elevar
exponencialmente el potencial de la defensa personal, a
partir de cumplir, en cada acción, AL MISMO TIEMPO, con los
siguientes tres criterios:
1) Centralidad: las técnicas y métodos elegidos deben
proteger y dominar el Campo Central del conflicto, según
los principios de Simplicidad (unidad y
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simultaneidad
de movimientos), Economía (reducción de gasto
energético y de tiempo durante las maniobras defensivas) y Eficiencia
(menor número de pasos para lograr la desactivación). Se
minimiza la exposición y el peligro del cuerpo y los órganos
vitales, maximizando unidad de acción, coordinación
y sincronización de maniobras defensivas y ofensivas,
tanto en situaciones de pie o cuerpo a cuerpo, en
el piso, a mano vacía o contra agresores armados.

2) Cerebralidad:
la aplicación de conceptos neurológicos (Medicina) y psicológicos
(Psicoanálisis) en la defensa personal debe estar
presente en TODO momento, desde la percepción y contacto
con la amenaza, hasta su eventual resolución por vía verbal,
gestual o corporal. El conocimiento mínimo de las
funciones cerebrales, y comportamientos posibles surgidos en
momentos de defensa y/o lucha multiplica los efectos de la
variable central. El entrenamiento de los modos de ataque
cerebral, como forma de control sin dejar secuelas
irreversibles, puede ayudar a cumplir con los objetivos
mencionados mas arriba.
3) Cientificidad: las técnicas, sistemas de
entrenamiento y conceptos elegidos deben estar
regidos por principios científicos de verificación, contrastación
y experimentación. Implican un ir y venir permanente
entre la teoría y la práctica. Deben ser modificados cuando
aparezcan otros mejores que los reemplacen. Deben ser también
constantemente revisados y renovados a partir de experiencias
empíricas de roleplay, combate y ejercicios de
simulación con equipamientos, lo más próximo posibles a
la realidad.
Un estudio así JAMÁS ESTÁ ACABADO. Es imposible agotar un
campo semejante, pero al menos posibilita la producción de
conocimiento a partir de los sistemas ya existentes, no
agrupados por nombres de estilos, país o nacionalidad de
origen, sino mas bien por el tipo de tácticas, estrategias y
métodos de ejercitación que son utilizados (de pie, en el
piso, corta, media, larga distancia, armados, con entrenamiento
aeróbico o anaeróbico, de impacto, psicológico - emocional,
etc.).
A esto lo llamamos "Estudio Estructural de la Defensa
Personal", y es fundamental si queremos cumplir de verdad
con el difícil cometido de ofrecer a nuestros alumnos y
clientes, métodos seguros y confiables de defensa personal para
nuestra Argentina del 3er milenio. |